(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien
tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(10 de enero de 1936)
Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) Poeta español.
Adscrito a la Generación del 27, destacó por la hondura y autenticidad
de sus versos, reflejo de su compromiso social y político. Junto a Pablo Neruda fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. Las
ideas marxistas del poeta chileno tuvieron una gran influencia sobre el
joven Miguel, que se alejó del catolicismo e inició la evolución
ideológica que lo condujo a tomar posiciones de compromiso beligerante
durante la Guerra Civil. Durante la contienda contrajo matrimonio con Josefina
Manresa, publicó diversos poemas en las revistas El Mono Azul, Hora de España y Nueva Cultura,
y dio numerosos recitales en el frente. Su primer volumen de versos fue Perito en lunas (1934). Posteriormente de dar a conocer en la revista Cruz y Raya el auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, de carácter calderoniano, comenzó la que a la postre fue considerada su obra maestra y de madurez, El rayo que no cesa (1936). Durante la Guerra Civil cultivó la llamada poesía de guerra: su fe republicana se plasmó en una serie de poemas reunidos en Viento del pueblo
(1937), que incluyó la "Canción del esposo soldado", dirigida a su
mujer, y otras creaciones famosas, como "El niño yuntero". También en
este período concibe El hombre acecha (1939), que manifiesta su
visión trágica de la contienda fratricida, y diversos textos dramáticos
que se publicaron con el título Teatro en la guerra (1937). Mientras se hallaba en la cárcel escribió Cancionero y romancero de ausencias
(1938-1941).
Poeta leído por Eduardo Mileo en el Primer Festival de Poesía en la Escuela.
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